Mueca.

Es como esas noches donde el pavimento refleja el rojo y verde del semáforo. Lo helado de la madrugada te penetra por la nariz sin embargo no tenés frío. Avanzás con una mueca en la cara que no se parece a una sonrisa pero dista de ser tristeza. Es más bien resignación. Es la cara que ponías cuando en el paquete de figuritas te tocaba una buena pero no la que esperabas. Estaba bien pero qué bajón. Era como que te elijan penúltimo después del pan y queso para jugar en el equipo. Era como un beso en la comisura de la boca. Casi, pero no.

Así se sintió después de decir ese último nos vemos.

Autor: NicoRebaudino

Iluso.